La península de Corea recuperó su independencia luego de la ocupación japonesa, pero al costo de tener que afrontar la división de su territorio en dos estados, divididos por el Paralelo 38: al norte la República Popular Democrática de Corea, y al sur la República de Corea.
Ambos estados protagonizaron la denominada Guerra de Corea entre 1950 y 1953, primera manifestación de la “guerra fría” iniciada con posterioridad al fin de la 2da guerra mundial no iba a ser tan fría. El conflicto coreano contó con la participación directa o indirecta de los vencedores de aquella gran guerra, y concluyó insólitamente consolidando los límites preestablecidos (el paralelo 38), pero con miles de muertos.
La República de Corea, desde el fin de la guerra, ha mantenido una política de industrialización sostenida que la ha llevado a convertirse en el 13vo PBI mundial. Su apuesta a la educación y a la innovación en tecnología la ha llevado a la vanguardia en diversas disciplinas. Hoy su liderazgo se extiende a las industrias culturales como el cine, la producción de contenidos televisivos o la música.
El programa diseñado en la República de Corea intenta servir de introducción para quien viaja por primera vez a la península y desea conocer aspectos tanto de su historia como de su actualidad. Por eso visitamos su capital Seúl, viajamos al mismo Paralelo 38 a conocer de primera mano el límite con Corea del Norte, y nos trasladamos en el moderno tren de alta velocidad coreano hacia Busan, la segunda ciudad y principal puerto en el sur del país.
La reunión con el Embajador Bascou, máximo representante del gobierno argentino en la República de Corea, sirvió para conocer el estado de la relación bilateral. Pero Seúl es una ciudad llena de historia, con palacios y museos de primer nivel, que nos permitieron conocer en detalle tanto el desarrollo del reino de Corea como el conflicto bélico de mediados del siglo XX.
El viaje al Paralelo 38 es una experiencia inolvidable, que comienza con la visita a Paju, pequeña localidad en la que se visualizan puentes y vías férreas que sirvieron de comunicación y traslado de tropas durante la guerra y hoy son símbolo de la incomunicación y separación de las familias coreanas. Ya en la DMZ, zona “desmilitarizada” y a la vez llena de soldados, la experiencia continúa con la visita a túneles encontrados en la frontera y excavados para una potencial invasión norcoreana. Finalmente, se accede al observatorio en el mismo Paralelo 38 para avistar el Panmujeon, lugar de encuentro entre delegaciones coreanas de ambos estados, y sitio en donde ser verificó la primera reunión entre el ex presidente estadounidense Donald Trump y el presidente norcoreano Kim Jong Un. También es posible ver la localidad norcoreana de Kaesong, situada a sólo 17km de la frontera.
Finalmente, la visita a Busán permitió conocer no sólo el gran puerto industrial del país, sino también la sede de la movida cinematográfica que dio como resultado en los últimos tiempos la obtención de los máximos premios de la academia de Hollywood para el cine coreano, o la preeminencia de contenidos coreanos en las principales plataformas.
El puerto de Busán contiene su famoso mercado del pescado, existente desde el siglo XII, que mantiene sus tradiciones e importancia en la vida de los locales. Y también es la puerta de entrada y salida de Corea hacia Japón y el mundo de personas y mercaderías. La importancia del puerto de Busan lo ubica entre los 20 puertos más importantes del mundo.